viernes, 17 de junio de 2011

Amanecer de naftalina

Por Asidero (*)
El fiscal Antonio Gómez envidiaría, de conocerla, la convocatoria amplia que despertó el titular del ex ComFeR Gabriel Mariotto. El Salón de Actos de la Universidad Nacional del Sur arañó sus mejores épocas, hasta pudo darse el lujo de la reserva de asientos en primera fila. Por allí andaban el pequeño Ciccola, que nació ayer y por eso se perdió de conocer los horrores de la última dictadura. La Prima Diana, el abogado Lliteras, el médico Silberman.
Para control de Gómez: a esta charla, el rector también pegó el faltazo. Acompañaban a Mariotto la ex actriz y actual vicerrectora Magda Vaquero, el ex basquetbolista y actual encestador Federico Susbielles y el Niño Bien, adorado por las vecinas céntricas que cada mañana lo sueñan yerno.
Se trató, claro, de un acto de calor proselitista. El frío apretaba y octubre está cada vez más cerca. No se habló demasiado sobre una ley de medios que el Niño Bien entiende antimonopólica, pero destinada sólo a las grandes capitales. Perdida en la llanura y acorralada contra el mar, a Bahía se la devora, mientras tanto, un tiranosaurio Rex ya con un intendente a cuestas.
“Yo tengo un amigo para incorporar al proyecto amplio, al movimiento integrador. Se llama Carlos Sául”, me sopla un concurrente. Había sido confundido, por mí, claro, con un botón mal pago, un asesor de asesores, un militante de dientes manchados por el café. El olor a naftalina se le escapaba debajo de la campera corderoy. Hablaba, por supuesto, con ironía, de la celebración de amplitud que el Niño Bien acababa de descubrir en el proyecto kirchnerista. Justo el resquicio discursivo que le permitió, a él, amanecer Nac & Pop. Como tantos. Juntos, podemos hacerlo mejor.
“Fíjese qué fallido”. Me sopla al oído un aliento a cigarrillo y café. “O chicana, o advertencia, o despecho”, amplía. El Encestador acababa de decir que, de continuarse en la senda inaugurada por Néstor Kirchner en 2003, en octubre “le daremos la primera victoria kirchnerista a la ciudad de Bahía Blanca”. Fue difícil, entre los brazos en alto y las sacudidas de palmas de los reidores de ocasión, que este cronista acertase a discriminar si el Niño Bien cumplió con el ritual aplaudidor que venía ejerciendo obediente.
Sí consiguió ver que no batió palmas en melodía de Opus cuando Mariotto recordó que los aviones que hace exactamente cincuenta y seis años bombardeaban Plaza de Mayo a mediodía llevaban la inscripción “Cristo Vence” pintada en las alas.
“Una cabina telefónica, eso haría falta acá”, vuelve a suspirar bajo, cuando ya le había indicado que tanto comentario me ensuciaría la grabación. Sigo su índice. El Funcionario Funcional abandonó los habituales saco y corbata usados hasta media tarde, para pasar a ser el Joven Contestario, coreador de consignas, azuzador de egos. Para ser superhéroe hace falta tener dos personalidades. O dos nombres. O dos apellidos.
(*) Colaborador de este portal, eternamente a contramano.

No hay comentarios: